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Los celos en los niños
Es importante tener en cuenta que los celos son un sentimiento natural.
Los celos son una respuesta emocional normal que todos los seres humanos experimentamos al sentirnos en riesgo de perder algo que consideramos nuestro: puede ser amor, atención, respeto, reconocimiento, etc. Es una sensación de frustración frente a la posibilidad de creer que no somos correspondidos emocionalmente por personas queridas e importantes para nosotros. Es importante tener en cuenta que los celos son un sentimiento natural al cual siempre estaremos expuestos. Desde niños debemos enfrentar situaciones que lo generan y el experimentarlo nos permitirá comprender una lección difícil pero crucial en la vida: que no podemos tener toda la atención, amor y tiempo de nuestros padres para nosotros y que debemos compartirlo con otras personas. Si desde niños comprendemos esta lección, podremos salir bien librados de otras experiencias posteriores similares, por ejemplo: competir por un puesto en nuestro trabajo, tener una relación sana con nuestra pareja, tolerar la frustración de no ser el centro de atención en las reuniones o los grupos amistosos y, finalmente, no desarrollar una personalidad envidiosa o infantil. Los niños sentirán celos generalmente con la llegada de un nuevo hermano, con el trato que los padres dan a otros niños (primos, amigos, etc.) e, incluso, con el trato que existen entre mamá y papá. Si son padres solteros, la llegada de una nueva pareja sentimental, también podría ocasionarlo. Ante estas situaciones será muy importante reconocer a tiempo conductas celosas, caracterizadas generalmente por cambios en su forma de ser:
Es labor de los padres identificar si su hijo siente celos, pues para él será una emoción nueva e incomprensible que genera sufrimiento. En ocasiones los niños logran decir que se sienten menos queridos o en desventaja, pero mientras más pequeños sean, más difícil será para ellos esta experiencia, por lo tanto, requerirán de más apoyo y compañía. La forma en que los padres respondan a este sentimiento en sus hijos, será fundamental para el desenlace de esta situación. Lo siguiente ayuda y permite un desarrollo adecuado de tus hijos:
“Entiendo que sea feo compartir tu habitación con tu hermano, pero los dos son muy importantes para nosotros y queremos que tengan lo mejor” en vez de: “No deberías sentir eso, los celos son algo malo y tu hermano es el pequeño, debemos cuidarlo” |
“Vamos a ir al cine con Juan, sé que antes íbamos sólo tú y yo, pero él quiere conocerte porque eres muy importante para mí. Él es mi novio y eso quiere decir que en ocasiones estará con nosotros, pero tú a mí me tendrás siempre” en lugar de decir: “Juan es un amigo y estará con nosotros de ahora en adelante”
En suma, brindarles compañía, cariño, escucha y comprensión, favorecerá que los niños atraviesen por este sentimiento de forma segura. Hacerlos sentir seguros del cariño que les tenemos, incondicional a las personas o las situaciones, permitirá que desarrollen una autoestima firme que evite sentimientos de inferioridad o inseguridad frente a otras personas. El paso problemático por este sentimiento durante la niñez generará en el adulto dificultad para comprender que nuestros seres queridos pueden prestar atención a amigos, trabajo o familia sin sentir que nos dejan de querer o valorar. En la etapa adulta, las conductas infantiles como desvalimiento, búsqueda de aprobación constante, inseguridad y envidia constante son secuelas de esta etapa mal librada. Finalmente, un punto importante será considerar el grado de celos. Se debe considerar si es pasajero y no genera grandes cambios en la personalidad del niño (o el adulto) o si es algo que provoca dificultades importantes en su relación con la familia o su desenvolvimiento social. En este último caso será importante la búsqueda de un profesional en salud mental que ayude a afrontar la crisis y prevenir consecuencias.
Psic. Miriam Hernández Soler Clínica de Asistencia de la Sociedad Psicoanalítica de México (SPM). www.spm.org.mx |