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Idiomas y estimulación temprana
El bebé tiene la capacidad natural de aprender.
Desde antes del nacimiento, el futuro bebé ya está sometido a un proceso de aprendizaje y a tiene la capacidad de asimilar esos nuevos conocimientos y guardarlos en archivos de su cerebro, que llamamos redes neuronales. Se está realizando grandes avances en el descubrimiento de la etapa prenatal porque se ha visto que el feto tiene importantes desarrollos al ser estimulado. Se ha demostrado que el feto puede oír y clasifica y almacena la información que recibe. Tanto la estimulación prenatal como la estimulación temprana quieren provocar esa creación y esa fortificación de redes neuronales. El bebé tiene la capacidad natural de aprender, es como una pequeña esponja capaz de absorber cualquier nuevo conocimiento que el adulto que está a su lado le ofrezca. Cuando el bebé nace, posee cien mil millones de neuronas que están poco conectadas las unas con las otras. Hasta los siete años, crea el ochenta por ciento de todas sus redes. Conforme el bebé adquiere conocimiento y va creando habilidades, esas neuronas se van conectando y reforzando. A este proceso lo llamamos sinapsis. Las redes neuronales se crean a base de sinapsis. No son independientes las unas de las otras y se van interconectando entre sí para unificar y fortalecer conocimientos. Son estas redes neuronales las que van modelando y modificando el cerebro, es la plasticidad cerebral. Otro sentido importante que se debe desarrollar en el bebé es el oído. El oído reproduce exactamente el mismo sonido que ha oído y que ha almacenado en su red neuronal. Hasta los ocho o nueve años, el niño es capaz de discriminar y almacenar cualquier sonido en cualquier idioma. | A partir de esa edad, el oído deja de percibir ciertos sonidos y sólo discrimina aquéllos a los que está acostumbrado. Por lo tanto, ya no puede guardarlos correctamente y las cuerdas vocales ya no los van a poder reproducir correctamente. De ahí la importancia que los niños estén rodeados de personas nativas cuando aprendan idiomas, para poder almacenar correctamente esos sonidos. Desde los 4 meses, el bebé es capaz de diferenciar los sonidos de distintos idiomas y reconoce perfectamente su lengua materna. Esa habilidad nata es la que favorece el desarrollo del lenguaje y la posibilidad de aprender otros idiomas sin esfuerzo alguno. Los papás tienen en sus manos un tesoro por descubrir y lo más importante al que sacarle brillo. Existen actualmente numerosas herramientas a las que poder acudir y los invitamos a conocer nuestro método en: www.babystar.com.co Lic. Laura Aresté González www.bebepoliglota.com bebepoliglota emansa.com |