
La
leche de los primeros días, el calostro,
contiene mayor cantidad de proteínas y
sustancias antiinfecciosas. Tras transcurrir
unos 4 o 5 días los pechos comienzan a
producir leche normal, es decir, ya no hay
calostro. Si se alimenta al bebé con
frecuencia no debe existir riesgo de que los
pechos se congestionen con la leche. Al
principio la leche puede parecer demasiado
delgada, sobre todo la primera que sale, ya que
hacia el final se hace más espesa pues tienen
mayor contenido de grasa. Sin embargo, a pesar
de su aspecto debes tener claro que no existe
leche materna de baja calidad. En
realidad este aspecto se debe a que la leche que
sale primero contiene la mayor parte de las
proteínas, mientras que la leche sale al final
tiene más calorías pues su contenido en grasa y
vitaminas es mayor. Durante
los primeros 15 días de vida debes intentar que
el bebé haga por lo menos 8 tomas en 24 horas
(una vez cada 3 horas). Después ofrécele el
pecho “a libre demanda”, es decir, cada vez que
tenga hambre, y déjalo succionar tanto como
quiera, no lo separes de tu pecho si desea
seguir comiendo, espera a que él solo suelte el
pecho. Por lo general, cuando la leche tiene un
contenido graso más bajo el bebé succiona
durante más tiempo que cuando la leche tiene un
contenido graso más alto. También
se recomienda dejar que termine con un pecho
antes de ofrecerle el otro, ya que algunos bebés
obtienen toda la leche que necesitan de un solo
pecho, mientras que otros necesitan alimentarse
de ambos. Si esto sucede, es posible que
el segundo pecho no se vacíe por completo, por
lo que la siguiente toma debe iniciarse en ese
pecho. Lo importante es que cada pecho se vacíe
por completo para evitar el desarrollo de una
mastitis, es un proceso infeccioso que se deriva
de la obstrucción de los conductos de la leche
en el interior del pecho. Es decir, la leche no
fluye bien por los conductos y estos se
obstruyen, lo que produce una infección y un
proceso inflamatorio y doloroso en el pecho. En
realidad se trata de una complicación que aunque
es molesta no es grave ni tiene consecuencias
graves para el lactante. Para
aliviar la mastitis se requiere de un drenaje
frecuente de las mamas. Si el bebé no vacía los
pechos hay que usar un extractor de leche.
También ayuda colocar de manera alternada sobre
los pechos paños remojados en agua fría con
paños remojados en agua caliente, así se
estimula el flujo de la leche; esto puedes
hacerlo momentos antes de alimentar a tu bebé. Es bueno
que exista contacto piel con piel entre la madre
y el bebé. Y si tu pequeño se encuentra
alimentándose de manera correcta se mostrará
tranquilo, satisfecho, con un peso adecuado y
orinando bien. .
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