
Cuando llega el momento de compartir el amor entre 3 la situación puede volverse difícil.
“El celoso ama, pero el que no lo es, ama mejor” Moliére
Los celos se pueden definir como un estado emotivo en el cual predomina la ansiedad, misma que se desencadena ante el temor de perder el amor, cariño o poder que una persona siente que posee ante otra, esto frecuentemente va teñido de rasgos de desconfianza o sospecha.
Los celos son un sentimiento universal que puede basarse en situaciones reales o en temores fantaseados. Todos en determinados momentos de la vida sentimos celos. Es natural.
Por ejemplo, el terminar con una pareja y verla con otra persona nos despierta celos. Ante el nacimiento de un hermano, experimentemos esa sensación. Es normal que como padres esperemos que nuestros hijos mayores se sientan celosos ante la llegada de un hermano, pero ¿qué sucede con el papá cuando toda la atención de la nueva madre está puesta en su bebé?
El nacimiento de un bebé representa para la pareja un reajuste en sus vidas y requiere de una readaptación, ya que la familia crece.
Si los padres son primerizos tendrán que dividir su tiempo para adaptarse y satisfacer las necesidades de su pequeño, siendo la madre la figura más importante en ese momento para el bebé, ya que es ella quien tiene que darle pecho al recién nacido. Y esto puede despertar una sensación de celos en su pareja porque el tiempo que la mujer antes dedicaba a su pareja ahora lo divide con su bebé, pues por el hecho de serlo requiere de muchos cuidados y en ocasiones el esposo se siente relegado a un segundo plano.
Ante este ajuste en la familia este sentimiento resulta, hasta cierto punto, normal, ya que implica una nueva repartición del tiempo entre la pareja y las nuevas necesidades y labores en casa.
Celos pasajeros
Los celos resultan algo fácil de superar cuando la relación de la pareja es sólida, cuando ambos han labrado un camino juntos, dejando espacio para los hijos; cuando cada uno tiene su espacio propio y un espacio que comparten como pareja, cuando ambos se sienten seguros del amor y del cariño del otro. Y si esto es así, los celos en el padre ante el nacimiento de su hijo son tan sólo un paso más al reajuste familiar y, poco a poco, conforme la familia se readapta a la nueva situación de vida, estos sentimientos van desapareciendo.
Sin embargo, si previo al nacimiento de un niño la pareja no se encuentra del todo segura de su relación, un nuevo bebé resulta terreno fértil para “activar” las inseguridades de cada quien. Esto suele suceder bajo las siguientes circusntancias:
- El padre es un tanto posesivo con su pareja y se siente inseguro de compartir lo que él consideraba como “su tiempo” con su mujer.
- El padre se resiste a adaptarse a los nuevos cambios en casa; se siente en una situación de competencia por la atención de su mujer hacia el bebé, lo cual le provoca celos y tiende a sentirse relegado
- La madre es tan aprehensiva que no deja espacio para convivir con su pareja.
- La madre no permite al padre interactuar en los cuidados de su hijo.
- Los espacios de intimidad como pareja se han olvidado ante la llegada de un nuevo bebé.
- Se piensa que el único fin del matrimonio es la reproducción, sin tomar en cuenta la importancia de la relación de pareja.
Para evitar los celos
Asimismo, cuando estos celos son exagerados pueden llegar a dañar la relación de pareja, así como no darles a los hijos el ambiente de cariño que requieren. Por ello es importante, en primer lugar, planear y preparar juntos, como pareja, la llegada de un hijo, para que esto se dé cuando se sientan bien y con la capacidad de enfrentar las nuevas responsabilidades.
El nacimiento de un hijo implica cambios y reajustes en la estructura familiar y en la relación de pareja, ya que ambos toman decisiones que implican a un tercero. Por lo que como pareja tienen que complementarse, no necesariamente deben tener las mismas ideas, sin embargo, sí necesitan comunicarse y ser capaces de dialogar y negociar al respecto.
Para hacer de la llegada de un bebé un proceso un tanto menos complicado que involucre a la pareja:
- Es importante que ambos se sientan parte de este cambio.
- Que la madre propicie la participación del padre en los cuidados del bebé. De esta manera él no se sentirá relegado. Por ejemplo, puede estar a cargo de bañar todos los días al bebé. Ambos pueden compartir la tarea de cambiar el pañal y realizar salidas en familia.
- Buscar espacios en los que sigan disfrutando de su intimidad. Por ejemplo, una noche a la semana salir a cenar o al cine y dejar al bebé al cuidado de los abuelos.
- Ver esta nueva etapa como una oportunidad de crecimiento y de enriquecimiento como pareja y familia, dialogar y compartir buscando así el bienestar común.
Finalmente, cabe señalar que aunque resulta hasta cierto punto normal experimentar celos ante el nacimiento de un hijo, cuando detectemos que no nos permiten disfrutar de esta nueva etapa y están afectando nuestra relación de pareja, es importante buscar ayuda.
Psic. Paola Hamui
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