Papás afectivos y asertivos

No existe una manera correcta para ser padres.

La experiencia emotiva de tener un bebé puede parecer, por momentos, abrumadora. Actualmente los papás se enfrentan a un entorno en el que la investigación psicológica y educativa ha avanzado tanto que da la impresión de que existe una manera “correcta” para ser padres. Hoy en día, los papás reciben presión por parte de escuelas y de diferentes medios, que con la creciente “epidemia” de diagnósticos de trastornos neurológicos o de aprendizaje, ponen en tela de juicio nuestra capacidad afectiva y asertiva para criar a nuestros hijos. Ser asertivo implica encontrar el punto medio para poder comunicarse, sin caer en el autoritarismo o en la sumisión, mientras que ser afectivo implica reconocer las emociones propias para comunicarlas de manera óptima.

Confía en tu intuición.

Pareciera que la intuición es una cualidad que ha perdido valor, pero autores como el Psic. Donald Winnicott indican que no es necesario ser “súper papás” para que nuestros pequeños sean felices, sino que los padres deben confiar en que su instinto buscará siempre lo mejor. Acércate a tus hijos y conoce su personalidad, gustos y necesidades.

Establece límites claros con amor.

Para poner reglas hay que considerar que éstas deben ser claras, y no cumplirlas tendrá consecuencias. Explícales con calma para qué siven las reglas (para su bienestar, su seguridad, para fomentar ciertos valores, etc.). Recuerda ser constante y respetar los acuerdos a los que lleguen, esto hace que los niños sepan lo que se espera de ellos y les sea más fácil cumplirlos, sin sentirse angustiados. El establecimiento de rutinas y horarios facilita el cumplimiento de reglas y ayuda a los niños a organizarse y sentirse cómodos manejando sus tiempos.

Cuando los papás están divorciados, acuerden qué reglas deben cumplirse (por ejemplo: salidas con los amigos, tiempos para hacer la tareas, etc.).

Calidad y cantidad.

No es necesario pasar todo el día con los hijos para ser unos papás “presentes”; es más importante dedicarles tiempo de calidad; es decir, establezcan tiempos destinados a compartir o a jugar sin distracciones. Fomenten espacios que les permitan conocerse y que el centro de atención no sea la televisión, el celular o el trabajo. Es bueno interesarse por sus amistades y pasatiempos. Recuerda que los papás ausentes no son quienes no están físicamente, sino los que no están emocionalmente disponibles para sus hijos.

Manejo de emociones.

Cuando los hijos presentan un problema importante ya sea de aprendizaje o emocional, puede ser muy angustiante para los papás; en este caso, no teman pedir ayuda, hagan una cita con los maestros o con la psicóloga de la escuela, ya que juntos pueden analizar las posibles vías para que salga adelante. La valoración y la orientación son necesarias, y habrá que buscar ayuda externa.

Psic. María Salamanca

Miembro de la Sociedad Psicoanalítica de México (SPM)

www.spm.org.mx

Clínica de asistencia a pacientes México D.F.:

Tel.: 5553 3599, 5286 6550.

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