¿Por qué es bueno meditar durante el embarazo?

La meditación es una técnica de relajación que busca conseguir un equilibrio perfecto entre tu cuerpo y mente. Hoy en día, es una práctica que aporta muchos beneficios a tu embarazo.

Te compartimos algunos de ellos:

  • Ayuda a controlar tus emociones, mismas que se encuentran a flor de piel debido a los cambios físicos y emocionales que estas experimentando. Está científicamente comprobado que la meditación puede eliminar el cortisol (hormona del estrés).
  • Relaja el cuerpo y alivia las tensiones musculares, causados por estrés y nervios.
  • Mejora tu sistema inmunológico.
  • Reduce la presión arterial.
  • Ayuda a conectar espiritualmente con tu bebé.
  • Evita el insomnio.
  • Reduce el riesgo de depresión postparto.

¿Qué tipos de meditación existen y para qué sirven?

  • La Meditación Vipassiana, te enseña a respirar sincronizando el aire que entra y sale por la nariz, algo que te será de gran utilidad al momento del parto.
  • La Meditación Zazen , se basa en el control de la respiración en el vientre. Aquí tendrás que colocar tu mano en el abdomen para sentir tu respiración, además de sentirte en contacto con tu bebé, te sentirás tranquila y estabilizarás tu carga emocional.
  • La Meditación con mantras es aquella que se basa en la repetición de una palabra, frase o canto que permite llegar a un estado de relajación total. Esta meditación es útil para controlar y minimizar situaciones de nervios o estrés.
  • Meditación conceptual. Esta consiste en visualizar un concepto, objeto o persona y concentrarse en él generando sentimientos de empatía y positividad. En el caso de las embarazadas pensar así en su bebé puede transmitirle tranquilidad y relajación.

¿Cómo puedo meditar desde casa?

Es algo muy sencillo, basta con tener entre 15- 20 minutos libres al día, paciencia y estos consejos que te compartimos:

  • Elige un espacio tranquilo, puedes decorarlo o incluso ambientarlo con música. El objetivo es que te sientas relajada durante todo el ejercicio.
  • Siéntate en una postura cómoda.
  • Cierra los ojos y controla la respiración. Intenta mantener tu atención en la respiración abdominal y hazla en tres tiempos (inspiración, retención y espiración). El objetivo es conseguir un ritmo respiratorio continuo, relajado y natural.
  • Despeja la mente. Concéntrate únicamente en ti y en tu cuerpo. Evita sentimientos negativos y preocupaciones.
  • Para finalizar la meditación es conveniente realizar algunas respiraciones profundas y abrir los ojos lentamente.

El objetivo de esta actividad es tu bienestar físico, mental y emocional. Disfruta este momento de calma y conecta con tu bebé.

¿Conoces otro tipo de meditación? Compártelo con nosotros.

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