
Todas las mamás que nos encontramos en este mágico proceso de la lactancia, alguna vez hemos experimentado la dolorosa sensación de una mordedura en el pezón o en la areola.
Quizá de momento nos hemos asustado y hemos padecido el dolor que esto genera, sin embargo esto no tiene que ser motivo para ocasionarnos malas experiencias al alimentar a nuestros bebés y mucho menos para dejar de hacerlo.
¿Por qué ocurre esto?
Tú bebé está creciendo y con ello está experimentando nuevas sensaciones en su boca, como por ejemplo la famosa dentición y está probando sus músculos para lograr una función masticatoria. No debemos olvidar que una vez que sucede este fenómeno, los bebés deben re-aprender a comer, ya que estaban acostumbrados a únicamente succionar, ahora comienzan a tener la necesidad de masticar, lo cual también puede lastimar su lengüita
Otros bebés pueden hacerlo a manera de juego o por querer llamar la atención de mamá cuándo está distraída o distante a la hora de alimentar.
¿Cómo evitar que pase?
La opción más viable es ofrecerle a tu bebé, durante los periodos de dentición, cosas frías para morder, como un palito de apio perfectamente lavado, pelado y recién sacado del refrigerador para refrescar las encías previo al momento de alimentarlo. También podría funcionar alguna mordedera de silicona, y explicarle claramente qué puede morder y qué no porque causa molestias y dolor a mamá. Los bebés son sumamente listos y comprenderán que la situación está mal, sólo recuerda que esta práctica requerirá de mucha paciencia y repetición, así que tranquila y todo saldrá bien.
Como tip recuerda que puedes colocar alguna pomada que contenga lanolina para hidratar tus pechos pero si las molestias persisten te recomendamos consultar a tu pediatra para que te ayude a encontrar nuevas posiciones para alimentar a tu bebé de una manera más cómoda.
¿Ya pasaste por esta etapa? Cuéntanos como te fue.