Tu bebé:
Ya se aprecian las orejas, el párpado, la nariz y el labio superior. Las extremidades se ven de manera más clara y el cuerpo se ha alargado notablemente. Tu bebé ya mide aproximadamente dos centímetros y depende totalmente del cordón umbilical para alimentarse. Ahora su sistema respiratorio ha evolucionado y cuenta con un árbol bronquial con múltiples bronquiolos.
El corazón muestra más claramente sus cavidades. Se aprecia el esqueleto a través de una piel traslúcida, pues apenas está en formación. Cabe aclarar que el esqueleto no está formado por huesos, sino por unos cartílagos suaves que forman la estructura ósea y que posteriormente se irán definiendo correctamente.
Tú:
Aunque el útero no ha parado de crecer, aún es muy pronto para notar esos cambios exteriormente. Debido a este crecimiento, puedes sentir algunos dolores en el bajo vientre parecidos a los dolores menstruales. Los demás síntomas continuarán mostrándose, siempre dependiendo de cada mujer. A partir de este momento deberás realizar tus visitas al ginecólogo cada cuatro semanas con el fin de que lleves un control exhaustivo sobre la evolución de tu embarazo.